Sabor a frambuesa!!!

Frambuesa como color resulta cálido y dulce de sabor.

Esta es una coqueta pero anticuada butaquita, Hemos visto miles de ellas, el color de la madera y la tela están desfasadas en la decoración hoy día. Mi amiga Lou me pidió que pensáramos algo para renovarla y que encajara en la nueva habitación de su madre.

Para comenzar, quitamos el tapizado y descubrimos en las maderas interiores, un ataque de xilófagos, no muy importante pero que hay que tratar y eliminar.

La espuma se encuentra muy desgastada, asi que la mejor opción es eliminarla en su totalidad.

Antes de empezar con los trabajos de tapicería es obligado decapar. Se aprecia como actúa el decapante químico, utilizo la espatula para retirar todo el producto con el barniz.

Una vez limpia la madera, utilizo tinte al agua, nogalina, para dar color. La pata de la derecha sin color y la de la izquierda ya teñida.

Nuevas cinchas para darle más resistencia, las viejas cinchas de goma son estrechas y está muy resecas.

Que bruta soy, puse una espuma enorme pero no me di cuenta hasta que la tenía totalmente colocada. Con la mitad de grosor es más que suficiente, jajaja!!! No me sirve el más vale que sobre que no que falte!!!

Mejor no? Una vez colocado el miraguano, la forma está ya definida y con un aspecto más cómodo, no???

A que tiene pinta de que me ha dado mucha guerra? pues si! Ajustar el corte es importantisimo y para eso es mejor que la tela no sea muy elástica, que por su puesto no es el caso, estiraba un montón para todos los lados.

Y ahora que? Que hago con toda ésta tela...piensa, piensa, piensaaaaaa

Vamos a por el respaldo así tendré tiempo para solucionar el paso anterior...

Desde esta perspectiva no se ve nada mal y si apago las luces se ve mejor...

El respaldo tiene una forma taaaaaannnn bonita, que me dan ganas de darle un mordisco.

Que patas! Bien rematadita y sigue tomando forma, me va gustando cada vez más.

Doble! nada de cosas sencillas, la arruga es bella no??? El remate es de doble cordoncillo en tono azul claro.

A que podéis oler la frambuesa, lo dicho, para darle uno, dos o cien mordiscos.
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