Hola? Hay alguien ahi?

No puedo creer que todavía esteis ahí, han pasado meses desde mi última entrada y aún así continuais esperando mis entradas, es más! hasta algúnos seguidores añadidos.
Sé por vuestros emails que os preocupais por mí, bloguer@s que me echáis de menos y bloguer@s que os habeis retirado... GRACIAS !!!

Que tal un reciclaje? Al final de la entrada alguien puede decir que esto no es reciclaje sino restauración, pues yo no lo creo así, para mi restauración es recuperar su estado inicial, puede ser su uso o su acabado original, todo lo demas para mi es reciclaje.

En este caso el acabado que voy a darle lo convierte en reciclaje porque no tiene nada que ver con sus inicios.
Vamos allá!... (lo sé, lo sé, abuso de las exclamaciones, interrogaciones, mayúsculas y puntos suspensivos, PERO ES QUE YO HABLO ASI!!! jajajajaja.)

Mesilla de noche en madera y chapa de nogal, datado, (puagh!odio datar porque se me da bastante mal), Siglo XX?...es una broma. Imagino que pertenece a los años 40 o 50 del pasado siglo.

El acabado estaba estropeado, goma laca y ceras, éstas últimas en grandes cantidades en los rincones.
La dueña, Juana una de mis clientas favoritas porque me deja vía libre en todos los trabajos, a pesar de la oposición de su marido en cuanto al pintarla que es lo que habíamos decidido.

Lijada toda la superficie y limpieza interior que necesitaba pidiéndola a gritos, apliqué un par de manos de selladora. El color elegido era...soft white o algo así, es decir blanco pero no blanco, sucio, roto...el nombre al gusto!

El interior lo empapelé, un papel de tonos claros a cuadros.

Y en la puerta una técnica en proceso de desarrollo, digo ésto porque no lo tengo muy controlado todavía y no me parece bien contároslo hasta que no la domine, jijiji!

Veis? no miento ni un ápice...

Pensé en poner unos tiradores de cerámica nuevos, pero al final opté por los que tenía limpitos y lijados para restarle brillo.
Las dos últimas fotos van dedicadas a Javier el marido de Juana, no le ha hecho mucho tilin el acabado pero le restauré la lámpara que le encantaba y así no prestaba mucha atención a la mesilla, aunque fué el la que cargó con ella hasta el coche, jajajaja!